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¿Hablar de sexo con los hijos pequeños?

¡NADIE mejor que papá y mamá!

Siempre los padres lo harán mejor que sus amigos o internet.

Pedrito de 5 años, luego que sus padres le contasen que tendría una hermanita que crecía en la pancita de mamá pregunta: ¿Mami de dónde vienen los bebés? La madre, azorada cambia el tema y papá se da a la fuga fingiendo una tarea inesperada….

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La escena anterior refleja una realidad que aún enfrentan muchas familias…el temor a hablar del tema sexual y afectivo con sus hijos. Desde nuestra perspectiva y experiencia educativa, estos temores se deben básicamente a 4 ideas o mitos preconcebidos:

“Lo aprenderán solos”.

¡Error grave! los niños requieren la guía y acompañamiento de sus padres, pues sin duda son sus primeros y más importantes educadores; por una sencilla razón, son quienes les aman más y desean lo mejor para ellos.

“Se lo enseñarán en la escuela”.

Si bien es muy importante que exista unidad entre lo que se enseña en la casa y en la escuela; es erróneo delegar a la institución educativa temas tan sensibles y claves en el desarrollo armónico de la personalidad de nuestros hijos. Aquí, más bien lo clave es el “trabajo en equipo” entre padres y maestros.

“Me da miedo no saber responder las preguntas”.

Podemos decir que es un temor lógico, sin embargo, es una circunstancia que se resuelve de una forma muy sencilla: ¡eduquémonos!, en las formas de  explicar con naturalidad y sencillez las dudas de nuestros hijos. Afortunadamente hoy en día todo está a un click en videos, sitios de internet y libros. Evidentemente, aquí un detalle súper importante es documentarnos con fuentes sólidas y acordes al enfoque técnico y moral con el que deseamos educar a nuestros hijos.

“Todos los hijos son iguales”.

Cada hijo es diferente: su edad, sexo, momento histórico y ambiente comunicativo son -entre otras- variables que debemos tomar en cuenta antes de abordar estas temáticas. Es error común pretender utilizar los mismos argumentos y explicaciones al hijo mayor que al resto aunque -por ejemplo- hayan nacido con muchos años de diferencia y el mundo en el que viven sea claramente diferente.

Pero… entonces ¿cuándo y cómo?

Si bien  la respuesta a estas preguntas puede sonar cajonera… es simple: ¡Depende!

Ya  decíamos en el párrafo anterior que cada hijo es diferente; normalmente las primeras preguntas sobre temas de sexo y afectividad empiezan a surgir entre los 5 y 7 años…Aquí lo esencial es “Repreguntar”; clásico es el ejemplo de la niña de 4 años que pregunta a sus padres: ¿Qué es ser virgen? Ante lo cual los papás dan una detallada e innecesaria amplísima explicación a la que la chica responde: Ok, perfecto yo preguntaba por que leo aquí en la botella de aceite de oliva extra ¡Virgen!

Si los padres de la historia hubiesen repreguntado, sabrían cuál era el camino a seguir. Ahora, en esta misma línea, ¿Qué pasa cuándo -repreguntando- vemos que  la duda es claramente sobre un tema sexual específico? Aquí se debe personalizar, si su hijo tiene menos de 6 años recomendaríamos una explicación que sin ser para nada una mentira le aclara el tema acorde con su tierna edad. Por ejemplo: “Papá abraza fuerte a mamita con mucho amor y deposita una semilla en la pancita de mamá que se convierte en un nido para que crezca tu hermanita. Así también fue contigo”.

Al ser una verdad adaptada a la edad de los chicos pequeños, esta versión permite que conforme los hijos van creciendo, podemos responder y explicar con más detalle. Evidentemente es  muy relevante, desde siempre, haber enseñado a los hijos a llamar a los genitales por su nombre real anatómico (vagina, vulva, pene, testículos) y dejar de lado adjetivos o formas que para nada educan (pipí, cosito, pancito, etc.).

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Cinco ideas clave  finales para educar mejor la sexualidad:

1. Formarnos para educar mejor.

El hecho que usted lea este artículo muestra que se ha preocupado por instruirse para hacerlo mejor. ¡Felicidades! Va por el camino correcto.

2. Dar siempre respuestas integradas.

Nuestras respuestas a sus dudas deben ser siempre graduales, progresivas, sencillas y veraces. “Sexualidad y Afectividad” son conceptos que siempre deben ir de la mano, sino estaríamos desnaturalizando y empobreciendo un ámbito esencial para el desarrollo y la felicidad de nuestros hijos. Si conversa de “sentimientos” siempre procure hablar de “razón e inteligencia” en la toma de decisiones. Si el tema es la “libertad” acompañemos este concepto con la “responsabilidad” y si se habla de “deseos y apetencias” se debe siempre conversar de “voluntad”, es decir la capacidad humana de movernos libremente hacia lo objetivamente bueno y hermoso pese a la pasión y los instintos.

3. ¡Llegue a tiempo!

No hay opciones… el tema debe ser tratado, de hecho, si su hijo tiene 10 años y aún no ha preguntado nada al respecto es muy probable que sus dudas estén siendo evacuadas por fuentes no deseables como sus amigos, internet o aún peor: personas que quieren manipularlo con malas intenciones.

 Recuerde: en estos temas “siempre es mejor llegar 1 año antes que 5 minutos tarde”.

4. Padres “preguntables” 24/7.

Asegúrese de estar siempre ahí, en el momento donde surge la duda, estimule la confianza generando espacios para conversar distendidamente y sin temor.

5. Conocer a sus amigos y más importante aún… a los Padres de sus amigos.

Esto es todo un seguro respecto a los espacios donde interactúan nuestros hijos. Por ejemplo, de nada sirve que en su casa el tema del internet y los dispositivos móviles esté muy bien organizado si en la casa de sus amigos no es así y pueden a acceder a sitios e información no deseada.

En el tema de la educación sexual y afectiva -como en muchos otros- a veces los padres de familia caemos en el mito de la “Silla Vacía” y creemos ilusamente que nada ni nadie ocupará nuestro sitio. Precisamente por eso, es un mito, siempre sus dudas serán evacuadas por alguien… Asegúrese de ocupar esa “silla” pues por mucho las personas más indicadas para educar en este y otros temas a los hijos somos nosotros, los padres de familia.

De una niñez bien orientada en la educación de los afectos, vendrá luego un paso por la adolescencia y la posterior consecución de la madurez de forma integral, sana y armónica.

Edgardo Piedra Garita
Máster en Matrimonio y Familia

Director General
Yorkín School

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