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Discurso de graduación familia Rodríguez Morales

Buenos días, personal docente y administrativo de Olmos, estimados padres de familia y queridos niños que hoy se gradúan.

Optimist Excellence es el nombre del programa académico que se ha utilizado en la formación de nuestros hijos en estos años. Este nombre se debe a que existe una pequeña embarcación que puede transportar a una sola persona, pero que es capaz de atravesar todo un océano; si es acompañada en el trayecto por embarcaciones más grandes.

Durante este tiempo, nuestros hijos, como esos pequeños barquitos, han navegado y atravesado un enorme océano para llegar triunfantes al buen puerto que hoy todos celebramos.

Navegaron a veces por un mar en calma y otras veces, especialmente en estos 2 últimos años, por un mar turbulento y lleno de riesgos. Sin embargo ustedes, personal de Olmos, fueron en todo momento para ellos y también para nosotros los padres, ancla, faro y velas. Señalaron el camino y a la vez, como esas grandes embarcaciones, acompañaron a los chicos y les permitieron descubrir sus fortalezas y áreas por mejorar. Les hicieron creer en si mismos y en sus capacidades para salir
adelante en tiempos difíciles.

A pesar de que la realidad del mundo entero cambió, ustedes nos transmitieron paz y confianza durante la tormenta. Agarrados de Jesús y María como siempre están, fueron instrumentos para acercarnos cada día más a ellos y darnos descanso en su amor y protección. Nuestros hijos aprendieron y disfrutaron estos años como siempre y como nunca. Adquirieron virtudes que les van a acompañar y fortalecer durante toda la vida y en el proceso, nosotros los papás también las adquirimos.

Para las personas que están fuera de la comunidad ADEC, son muy llamativos los excelentes resultados que Iribó y Yorkín cosechan año a año en diferentes pruebas académicas (canguro matemático, bachillerato internacional, pruebas de admisión a universidades de prestigio, etc). Sin embargo para las familias que hemos escogido ADEC, esto no es sorpresa, porque cuanto más estamos aquí, mejor comprendemos el espíritu que reina en las tres instituciones y que San Josemaría describía como “Hacer las cosas bien, por amor y sin mucho ruido”. Esos resultados
tan llamativos para otros, no son más que los frutos de un árbol robusto que ha crecido a través de los años, cuya semilla fue sembrada en Olmos, cuando los niños son, como nos dijo una vez Teacher Silvia: Tierra fértil.

Unos antes, otros después, pero todos en algún momento llegamos a Olmos con mucha ilusión a matricular a nuestros pequeñitos. Al poco tiempo de estar aquí, entendimos que se trataba de un trabajo conjunto entre institución, estudiantes y padres de familia, que requería mucho esfuerzo, constancia y el compromiso del trabajo bien realizado. Hemos aprendido con ustedes y gracias a su ejemplo, que para el apóstol moderno una hora de estudio equivale a una hora de oración. Que
buena noticia y que gran bendición descubrir que el tiempo que invertimos mientras hacemos tareas y cumplimos con obligaciones escolares nos está acercando más a Dios.

Todos los días nos sentimos muy dichosos por la existencia de Olmos y el efecto formador que lleva a cabo todo el personal, tanto en los estudiantes como en sus familias. Con mucho respeto y admiración agradecemos por esos padres valientes que hace más de 30 años unieron esfuerzos, para hacer de las instituciones ADEC una realidad y estamos seguros de que tantos éxitos que cosechan no son más que el resultado de poner a Jesús en el centro de todo lo que hacen.
De todo corazón muchas gracias por todo lo que hemos recibido y aprendido de ustedes en estos años, que Dios les bendiga y multiplique por tanto esfuerzo y cariño.

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